Somos la gente de la montaña, aprendiendo a vivir naturalmente, hemos dejado atras las ciudades donde nacimos y hemos regresado a la montaña que nos llama con su aliento mágico de vida natural.
Aprendemos del encuentro con la cotidianidad de la siembra y la cosecha, de los abrazos entre amigos que son maestros y aprendices. La experiencia diaria es nuestra guía, producimos nuestro alimento, resolvemos nuestras enfermedades en casa con remedios sencillos a nuestro alcance.
vivimos una vida sencilla voluntaria, educamos nuestros hijos con amor y escucha sabia, creemos en una educación natural que propicie el conocimiento de la autosustentabilidad segun el lugar, segun la gente, segun las circunstancia, por ello motivamos el desarrollo de habilidades creativas eficientes y fáciles de hacer.
Realizamos practicas diarias de ejercicios bioenergéticos y caminatas por los alrrededores, aprendemos de la respiración de la tierra, de los ciclos naturales, de la fuerza y sabiduria de la madre tierra, de la energia femenina presente en todo y en todos...escuchamos atentos el latir espontáneo de los niños y aceptamos sus intuiciones como mandatos maravillosos.
El caminar nos enseña de salud y vida en armonía, vemos nacer el agua con ojos cerrados sintiendo en el silencio que enseña la voz de lo eterno, el abrazo de lo mágico, el saber siempre existente.
Sabemos seguir los pasos de los que saben por experiencia y corazonadas, aprendemos rapido, reflexionamos y construimos los caminos comunitarios que nos aproximan a la unidad.
La armonáa de corazón, la coherencia entre vida y discurso es una busqueda permanente, sonrreimos al cambio, amamos la vida con sus circunstancias; sorreimos con sinceridad en nuestras acciones, bendecimos el alimento con la palabra, el verso, el canto, la danza o el suspiro.
Aprendemos del ejemplo, de la experiencia, de la sabiduría que da el tiempo, por ello asumimos la responsabilidad de nuestras vidas y la de nuestra gente, que es toda la gente que camina con la frente en alto, la mirada en el horizonte y el abrazo en el presente.
Somos familias semilla de un movimiento mundial de biosalud, paz y armonia para todos en lo práctico, en lo diario, de manera sencilla, sin elocuentes discursos, solo con el accionar y el ejemplo diario del conocimiento que da la naturaleza.
